No sabemos lo necesario que es una caricia, un beso en la mejilla, una mirada cómplice, un simple roce, la intimidad bajo unas sábanas, un paseo cogido de la mano o un abrazo hasta que nos falta. Tengo 50 años Alto, fuertote, resultón. No soy el marido de la Jolie, pero tampoco "mu" feo. Normalito. Con sentido del humor pero sin rayar en lo "graciosillo". Nada pedante y con buenos palos dados pero con la puerta abierta.
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